Ayer se celebró en Valladolid
una jornada con personas expertas
sobre calidad de lo servicios sociales.
En concreto se habló sobre el futuro
del apoyo que se da a las personas
que viven en residencias.
El director de Plena inclusión España
Enrique Galván dijo que es necesario
que las administraciones públicas
se comprometan con más medios
que sostengan la acción de las
organizaciones que apoyan a las
personas con discapacidad.
También, Plena inclusión propuso
el proyecto Mi Casa como alternativa
al modelo residencial.
¿Qué es Mi Casa?
Mi Casa es un proyecto de Plena inclusión
que financia, con el apoyo de
las administraciones públicas,
viviendas donde las personas
con discapacidad intelectual o del desarrollo
pueden vivir de forma independiente
y en comunidad.
Datos del proyecto
- Participan 47 entidades de Plena inclusión
- Ya funcionan 38 viviendas
- Allí viven 251 personas con discapacidad
- El 71 por cien de las personas tienen grandes
necesidades de apoyo.
La atención personalizada y la vida en comunidad se muestran como alternativas de futuro para responder a la atención residencial de cuidados de larga duración
- Enrique Galván: «Es urgente acometer un proceso de auténtica transformación que ponga a las personas en el centro, creando condiciones de vidas plenas»
Madrid, 7 de julio de 2021.- Enrique Galván, director de Plena inclusión España, ha defendido en la jornada de Valladolid sobre la calidad en los centros de servicios sociales que la atención individualizada a las personas debe ser prioritaria en las acciones de las asociaciones que las apoyan. «Es urgente acometer un proceso de auténtica transformación que ponga a las personas en el centro, creando condiciones de vidas plenas», señaló.
Plena inclusión ha participado en la ‘Jornada sobre calidad en los centros de los sistemas de servicios sociales’, organizada por la Junta de Castilla y León, celebrada ayer, y a la que han asistido, entre otros: Ignacio Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales; Luis Alberto Barriga, director general del Imserso; y representantes de organizaciones sociales, españolas y europeas, proveedoras de servicios sociales en el ámbito residencial de los cuidados de larga duración.
Desde la confederación que agrupa a 940 asociaciones que luchan por los derechos de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo y sus familias, a través de 4.000 centros y servicios, se ha defendido un tránsito a un modelo de calidad que prime la atención personalizada y en comunidad. “La pandemia nos ha enseñado que falta una visión de Estado respecto a cómo se debe atender a estas personas. Porque hay que generar una mayor inversión en vivienda, educación y apoyos individualizados, y hay que profundizar en la confianza que el Estado debe tener en los proveedores de servicios”, ha remarcado el director de Plena inclusión.
Proyecto Mi Casa
En esa dirección camina el proyecto ‘Mi Casa’, al que están vinculadas 47 asociaciones de Plena inclusión de todo el país y que busca desarrollar modelos de vivienda en la comunidad para todas las personas, especialmente para aquellas que tienen mayores necesidades de apoyo y que generalmente quedan excluidas de estos modelos.
Esta nueva forma de entender la vivienda ha permitido que casi 500 personas con discapacidad intelectual, en su mayor parte (el 71%) con grandes necesidades de apoyo, hayan encontrado una alternativa residencial. El proyecto, en el que trabajan 207 profesionales, cuenta con el apoyo de administraciones públicas y avanza, desde hace tres años, a través de pilotajes que coordinan las propias entidades de Plena inclusión. Además, su desarrollo esta sostenido por estudios empíricos como el de impacto en Calidad de Vida, realizado por el INICO (Universidad de Salamanca) que permite disponer de variables cualitativas y cuantitativas, respecto a la diferencia de calidad de vida entre el modelo residencial y el comunitario.
En relación con este modelo de transformación, Plena inclusión ha publicado ‘Apoyos 2030’, una obra escrita por un equipo multidisciplinar que reflexiona sobre metodologías y herramientas, como los apoyos autodirigidos, y que con la mirada puesta en el futuro propone vías hacia la un modelo de atención a las personas que demanda una transformación urgente.