En junio se aprobó el Acta Europea de la Accesibilidad.
Es la primera ley en Europa sobre accesibilidad tan importante.
Ahora, los países europeos tienen que
cambiar sus leyes según el Acta.
Muchas organizaciones llevan más de 10 años
de lucha para aprobar esta ley.
Así que es un gran paso.
La ley trata sobre productos y servicios como:
– Ordenadores.
– Teléfonos inteligentes o smartphones.
– Televisores inteligentes.
La ley apunta ideas
para que estos productos y servicios
sean más fáciles de entender:
– La información tiene que ser fácil de entender.
– El contenido se debe presentar de varias maneras.
– Hay que proteger la privacidad.
– Dar tiempo suficiente para cada paso.
– Poder conectar tecnologías de apoyo.
– Tener apoyo cuando sea posible.
El problema es que esta ley tiene varios fallos:
– La ley tiene una lista de cosas
que es obligatorio hacer accesibles.
Esa lista es muy corta.
– Faltan cosas importantes. Por ejemplo:
productos y servicios de la educación o la salud.
– El tiempo que da
para hacer accesibles las cosas
es demasiado largo.
A veces hasta 20 años.
El pasado 7 de junio, el Parlamento Europeo el Boletín Oficial de la Unión Europea publicaba por fin la primera Directiva sobre los requisitos de accesibilidad de los productos y servicios, más conocida como el Acta Europea de Accesibilidad. A partir de esa fecha, comenzaba el periodo de 3 años de trasposición, es decir, cuando los gobiernos de cada país incorporan la directiva a la legislación nacional.
Ese mismo día, y a través de varios webinars o seminarios online durante el verano, el European Disability Forum (EDF), una organización paraguas de la discapacidad similar al CERMI pero a nivel europeo, difundía su análisis del acta.
Para EDF, esta es un acuerdo histórico alcanzado tras más de 10 años de campaña del movimiento europeo de la discapacidad. El acta indica unos requisitos mínimos de accesibilidad, pero lo hace para un “limitado rango de productos y servicios”.
Fortalezas y carencias
Para EDF, se trata de “un paso significativo” en el camino para conseguir una Europa accesible para las personas con discapacidad. Sin embargo, el acta tiene “muchas carencias y fallos” para conseguir lograr de forma apropiada la accesibilidad en el transporte o en entornos construidos, por ejemplo.
Así, el acta cubre productos y servicios como ordenadores y sus sistemas operativos, terminales de pago, smartphones, televisores inteligentes, servicios de telefonía, páginas web o apps de servicios de transporte, etc.
Entre las fortalezas del acta, EDF señala que los operadores económicos estarán obligados a tomar medidas inmediatas si un producto no cumple con los requisitos de accesibilidad o incluso tendrá que retirarlo del mercado. Incluso, si un país retira un producto del mercado, otros tendrán que hacer lo mismo.
Sin embargo, son muchos los fallos del acta. Para empezar, la lista de productos y servicios incluidos es “muy limitada”. Faltan los servicios de cuidados de la salud, educación, transporte, alojamiento, entre otros.
Estas limitaciones pueden generar situaciones paradójicas como que una persona que utilice el metro o un autobús local pueda recibir información accesible sobre la próxima parada o una interrupción del servicio, pero puede que el vagón del tren sea inaccesible.
Además, el acta incluye muchas excepciones en la lista de servicios y productos y tanto los periodos de transposición como los de implementación son “desproporcionadamente largos”. En algunos casos, “pueden alcanzar hasta el año 2039”, señala Mher Hakobyan, responsable de accesibilidad de EDF.
Requisitos de accesibilidad cognitiva
El acta incorpora algunos requisitos relacionados con la accesibilidad cognitiva, es decir, hacer más comprensibles los servicios y los productos para población como la de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo.
Por ejemplo, obliga a que la información de los productos sea “comprensible”, a presentar el contenido en varios formatos, a la protección especial de la privacidad, a permitir suficiente tiempo para la interacción de las personas, posibilitar la conexión con tecnologías de apoyo o incorporar servicios de apoyo cuando sea posible.
La importancia del acta
Hakobyan explica que el acta “no crea nuevas obligaciones para los estados que han ratificado la Convención”, pero sí supone una herramienta para implementar la accesibilidad, con contenido muy práctico, ya que la Convención tiene un carácter más general.
La forma del texto como Directiva también “es muy positiva” ya que es jurídicamente vinculante y es el segundo instrumento legal más fuerte que la Unión Europea puede adoptar. Solo las Regulaciones tienen mayor rango ya que son directamente aplicables. La Directiva necesita la transposición a la legislación nacional.
El Comité Estatal de Representantes de las Personas con Discapacidad (CERMI), la organización paraguas del movimiento de la discapacidad en España, ha mostrado su “decepción” por el texto y critica “que las instituciones comunitarias no han atendido buena parte de las demandas de la sociedad civil en torno a la discapacidad”.