6 de cada 10 personas con discapacidad intelectual
que pueden trabajar
no tienen trabajo.
Calculamos que son unas 35 mil personas.
El trabajo es importante porque:
- Las hace más autónomas.
- Les ayuda a participar en la sociedad.
- Cambia su papel en el mundo de recibir a dar.
- Les da más motivación.
Y, sobre todo, porque tienen derecho a trabajar.