- Bajo el lema “Todos somos todos”, en 2016 Plena inclusión está dedicando especial atención a las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo con mayores necesidades de apoyo: dificultades de comunicación, movilidad, pluridiscapacidad, trastornos de salud mental o del comportamiento, etc.
- Entre otras acciones realizaremos un estudio sobre las necesidades de este colectivo y los recursos disponibles, trabajaremos en el campo del empleo personalizado y el apoyo activo, e identificaremos prácticas admirables y difundiremos historias personales de éxito.
Para las personas que forman parte de Plena inclusión, el camino hacia la inclusión no puede ni debe tener condicionantes de ningún tipo. Las propias personas con discapacidad intelectual o del desarrollo reunidas en Madrid a finales del pasado año en el Congreso Europeo de Autogestores acordaron: “este es un viaje para todos hacia la inclusión. No podemos dejar que nadie quede fuera. Todos significa TODOS”. Esta afirmación hacía referencia a aquellas personas que tienen mayores y más complejas necesidades de apoyo: personas con mayores dificultades de comunicación, movilidad, trastornos de la salud mental o del comportamiento, etc.
Estas personas son aún y en gran medida invisibles para el conjunto de la sociedad. Etiquetadas por su particular situación, sus alternativas de vida se ciñen a situaciones de asistencia, segregación y carencia de oportunidades de contribución social. Es como si para ellas nunca fueran a existir los derechos, la calidad de vida, la ciudadanía, la vida independiente, la participación e inclusión comunitaria, etc.
Carmen Laucirica y Luis Perales, miembros de la Junta Directiva de Plena inclusión, identifican las principales barreras para la inclusión de estas personas en aspectos económicos y sociales: “Para incluir a una persona con mayor necesidad de apoyo en su entorno, hace falta sensibilizar primero para que los pasos siguientes sean más gratificantes para la persona y sobre todo hacen falta los recursos económicos que permitan que cuenten con los apoyos que necesiten para ello”, afirma Laucirica. Por su parte, Luis Perales, que preside la Asociación Española de Fundaciones Tutelares, identifica el reto de estas personas y sus familias, de afrontar el mayor coste de los recursos y servicios, “lo que propicia que algunos de ellos no sean los idóneos para sus necesidades, y no cuenten con los apoyos apropiados e imprescindibles. Es posible también, que nos encontremos familias bastante desilusionadas, después de años plenamente condicionadas por esta situación”.
Por eso, este año 2016, estamos dedicando especial atención a las necesidades específicas de este colectivo y el reto de hacer más visible su realidad y la de sus familias, con el lema “Todos somos todos”. Pretendemos desarrollar estrategias de transformación hacia modelos inclusivos de apoyo, recabando datos y necesidades de estas personas y sus familias, identificando prácticas admirables y difundiendo historias personales de éxito a través de nuestros medios de comunicación.
Dentro de este proyecto realizaremos un estudio cualitativo y cuantitativo el INICO (Universidad de Salamanca) y la colaboración del Real Patronato sobre Discapacidad. Esta investigación nos servirá para obtener datos relevantes sobre la realidad de estas personas y de los recursos disponibles para ellas. Junto a ello, Plena inclusión acaba de constituir una comunidad de práctica dentro de su proyecto de Empleo Personalizado, que examinará experiencias de éxito en la adaptación de puestos de trabajo normalizados a personas con mayores necesidades de apoyo, con el fin de generar una metodología de apoyo al empleo que les abra nuevos caminos de desarrollo profesional y personal.